Imparables, imposibles, despiadadas
se deslizan en cascada
acotando con sus rítmicas pisadas
el latir, de mi única aliada
Me devora el laberinto
de sus dientes de metal
que en su infinito recinto
datan mi punto final
Veo sus caras distantes
impertérritas, calculadoras
Y sus lenguas penetrantes
lamiéndome abrumadoras
En su rítmico compás
voy restando los minutos
y no hay regreso hacia atrás
es sus tiempos absolutos
Las noches en sus calmas persistentes
no detienen su eterno bagaje
siguen pulsando, incesantes
pues del óbito son paje
Lacónicas me miran y sonríen
a los surcos morados de mis ojos
No hay seres que a ellas se alíen
que no acaben es despojos
De pronto un sin fin de agudos ruidos
penetra al interior de mis oídos
y de un tremendo susto me espolea
poniendo fin a mi onírica pelea
Y son ellas...que en su impaciencia
no contentas de invadir
cada respiro, cada afán de vivir
invaden con ruindad la somnolencia
despertando la conciencia a su fatídica presencia
se deslizan en cascada
acotando con sus rítmicas pisadas
el latir, de mi única aliada
Me devora el laberinto
de sus dientes de metal
que en su infinito recinto
datan mi punto final
Veo sus caras distantes
impertérritas, calculadoras
Y sus lenguas penetrantes
lamiéndome abrumadoras
En su rítmico compás
voy restando los minutos
y no hay regreso hacia atrás
es sus tiempos absolutos
Las noches en sus calmas persistentes
no detienen su eterno bagaje
siguen pulsando, incesantes
pues del óbito son paje
Lacónicas me miran y sonríen
a los surcos morados de mis ojos
No hay seres que a ellas se alíen
que no acaben es despojos
De pronto un sin fin de agudos ruidos
penetra al interior de mis oídos
y de un tremendo susto me espolea
poniendo fin a mi onírica pelea
Y son ellas...que en su impaciencia
no contentas de invadir
cada respiro, cada afán de vivir
invaden con ruindad la somnolencia
despertando la conciencia a su fatídica presencia
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