Yo tan solo te invité a café
Tú escribías
Yo te miraba garabatear palabras
letras y letras que no decían nada
Tras el cristal, la gente paseaba
Amargo, dulce a la vez
con terrones de poemas
Rosas de agua tus pupilas
alegres acechaban
Cuando mi mano rozabas
pintando nuevas letras
que en mi piel se emborronaban
Tú llamaste al camarero
y una nota con descaro
le pusiste entre las manos
Señalando con un guiño
una mesa del rincón
En el aire de la noche
se mascaba la intención
Y mientras, yo te miraba
y tú ya no me veías
En tu cabeza la brisa
mecía flores de azahar
y volabas hacia el sur
en un cálido resoplo
que te hacia asolear
Por qué?.. pregunté
y en tus labios
la respuesta enmudeció
Una mirada, entonces
y no hubo más que decir
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