domingo, 25 de noviembre de 2012

Te lo juro...


Me desperté al alba
con la caricia intensa
de una pasión desbordada
que sobrecogió la calma
Respirabas con una cadencia
cálida, que abordaba mi oído
Era tan vivo, tan real
como la ropa de la cama
que mantenía el calor
de nuestros cuerpos
Te dibuje una sonrisa
en mis ojos, entornados
por el inducido letargo
Respondía estremecida
al dulce roce que hundía
tus dedos en mi piel
Te juro, que estabas aquí..
tan real... como las uñas de mis dedos
que suavemente arañaban
tu espalda
Tan cercano... como el aliento
que esparcía mis suspiros
en el frío albor
Ni me atrevía a moverme
temiendo perder esa mueca plácida
reflejada en tus pupilas
Pusiste un dedo sobre mis labios
shhhhhhhhhhhh ¡¡
Apreté los ojos con tanta fuerza
que me dolieron los párpados
y aún así  no pude evitarlo
Se confundieron mis latidos
con el tic tac del tiempo
inexorable
no deseado, incomodo, hostil
que me hizo regresar a la realidad
del desengaño cruel
La frialdad de los velados desprecios
la incomoda existencia
supervivencia forzada, acomodada
a costa de renuncias
Cada noche, te lo juro..
aprieto los párpados
con fuerza, hasta doler
invocando el ritual
asombroso,  arrogante
que te traiga de nuevo
a mi lado

1 comentario:

  1. En verdad, es afortunado el hombre al que va dirigido este poema, pleno de ternura y de pasión, de amor... y de vida... Un privilegio de dioses ser ungido con la corona de laurel tejida por tus versos...

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