jueves, 8 de julio de 2010

Ser Libélula en Tierra de Caracoles



Ella, libélula
extendía sus velos
translucidos
a la luz del albor
y chispas azules, verdes
malvas
tocadas por los
nacientes rayos de sol
se agitaban al viento
frágiles y sueltas
como pequeñas lágrimas
policromadas
La brisa mecía
con gráciles movimientos
su alegría y vitalidad
Era libre y hermosa
Coloreaba sus labios
con pétalos de amapola
y como una burbuja
se deslizaba, columpiada
de hoja en hoja
El, caracol huidizo
se refugiaba en su bosque
Alejado de lo ajeno
Engreído de lo propio
Siempre girando
en su logarítmica espiral
Con sus ritmos lentos
En constante alerta
pronto al escondite
Fascinado con la lluvia
que humedecía las hojas
en la alborada
Un día la vio
como un reflejo, un suspiro
Y admirado, extendió
su cuerpo viscoso
Su concha parecía nácar
al brillo del sol
entre destellos
resplandecía como nunca
Ella, con sus alas extendidas
al frescor de la mañana
atraída por la luz
se posó sobre él
Sus preciosos pigmentos
salpicaron de color
los carbonatos
y el se sintió hermoso
proyectado en su luz
malva y oro
Orgulloso extendió
sus tentáculos
queriendo acariciarla
Pero la envolvió en su mucus
polimerizando sus delicadas alas
que se tornaron opacas
perdiendo su brillo
de seda y su aliento
Inmovilizada
ella languideció
sobre la nívea concha
apagándose como una pequeña vela
que se extingue en su propia luz
El, lleno de amargura y rabia
selló con el opérculo
su concha
y se desterró a una estivación eterna

2 comentarios:

  1. Oh, que bonito Womy, me ha encantado. Gracias por compartirla.
    Besos.

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  2. Tiene imagenes hermosisimas, palabras llenas de vida, me encanta este poema,

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