Ahora veo mis manos más vacías
las yemas de los dedos insensibles
las líneas más marcadas, hundidas
las huellas cada vez más ilegibles
Me voy desdibujando entre tus brazos
que conocían mi piel estremecida
de tus ojos que grababan mis pasos
torpes, entre poemas perdida
Oprime el alma cada recuerdo
cada lagrima que moja el enojo
cada desvelo que provoca este antojo
de prologar mi sentir cuerdo
No consigo cerrar la puerta de la noche
abrir una ventana a un nuevo día
alejar esta melancolía
poner en mi pecho un nuevo broche
¿Por qué este empeño de quererte?
cuando te observo tan lejano e inerte
¿Por qué estas ganas de morirme?
esta necesidad de en tus labios oírme
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