que recorro las calles empedradas
y las piedras se me clavan en las suelas
Que te busco por rincones y entresijos
que tu rastro invade mi conciencia
Voy cantando tus palabras una a una
deshilando cada una de sus letras
busco algo de mí en cada sonido
Se me antoja dibujarme en tus poemas
perseguir con mi gesto tu presencia
Yo se, que por encima del recelo
del sentir natural de la rutina
se vislumbra en tu criterio
ese sueño atrayente, donde
el instinto inclemente nos confronta
Sucumbimos a pasiones y entregas
que moran insensatos callejones
y es ahí donde somos y sentimos
compensando el tiempo que morimos
con el soplo de placer que nos alienta
Perecemos al compás de un soneto
aleteando como frágiles sonrisas
entre pétalos de temblor y espinas
de lacerantes secuelas
Como trazo atormentado, que la vida devasta
Lo mejor, la capacidad de generar imágenes. Esa muerte al compás de un soneto es pura metapoesía. Lo mejorable, si me disculpas, un cierto exceso de adjetivos. Pero no me hagas mucho caso, no sé si entiendo algo de esto.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte
Me gusta que me corrijas, aprendo de esa crítica, ten en cuenta que tan solo soy una aprendiz, gracias por leerme y tomarte ese interés. Un gran abrazo
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