domingo, 18 de septiembre de 2011

He desahuciado espejismos y quimeras
concluyó la hipoteca que acordonaba mi alma
He mudado mis enseres
a dunas de arenas cálidas
vaciado mis armarios
despojándome de prejuicios
He abierto puertas y ventanas
a una brisa fresca de dorados y ocres
Emancipado mi horizonte
inamovible y lejano
No temo a lo incierto
ni me atormenta el pendiente
Me cobijo en el intermedio de las olas
coronadas de espuma
En el calor del poniente
respirando, el aliento húmedo
de la escarcha en los prados
En mi abrazo cabe el mundo
En mis manos todas las caricias

1 comentario:

  1. Aaaaah, que me has emocionado esta mañana cálida en que te leo. El lenguaje y el ritmo del poema maravilloso, pero el fondo en sí, tan lleno de fortaleza y esperanza amiga mía, te aplaudo!!!
    Bellísimoooo!!!! Besos.

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